MACRI LO HIZO
Esto era un taller "protegido"
Por Darío Ferrazano
Lo que pasó hoy en el Hospital Borda fue un granito más en la desidia y el abandono de la
salud pública por parte de un gobierno.
No es nuevo ni privativo de la gestión Macrista el abandono y deterioro
del hospital neuro-psiquiátrico Borda.
Ya en anteriores gestiones el estado del hospital era calamitoso. Sin gas en los pabellones, falta de insumos,
falta de personal médico eran moneda corriente al hablar de las falencias del
gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Tampoco es nuevo el proyecto de construir un Centro Cívico en ese
predio, esta idea tuvo sus orígenes en la gestión de De La Rúa. Y siguió estando latente en sus
sucesores. El tema es que nunca dieron
el paso que faltaba, siempre se quedaron en la idea. Hasta ahora.
A comienzos
del año 2012 el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encabezado por Mauricio
Macri dio a conocer el proyecto de construcción de un Centro Cívico en el sur
de la Ciudad, más precisamente dentro del predio donde funciona el Hospital
Borda. El proyecto fue rechazado por el
personal de hospital, legisladores opositores y hasta por los mismo
internos. El proyecto contempla la
demolición del taller protegido Nº 19 donde los internos se capacitan
laboralmente para reinsertarse en la sociedad.
Entre otras actividades realizan trabajos de carpintería que luego ellos
mismos se encargaban de venderlos e incluso donaban algunas producciones. Este taller es independiente del hospital y
funciona como método de rehabilitación junto con otros talleres.
Es a partir
de la presentación de este proyecto que los trabajadores del hospital Borda
comienzan una resistencia pacífica en el lugar para evitar que se derrumbe este
taller. Junto a los trabajadores se
suman ATE, los trabajadores del centro cultural, los autoconvocados y diversos
sectores sociales al igual que gran parte de la sociedad. El conflicto tuvo varios momentos de
tensión. En la segunda parte del año
2012 se produce el primer intento de desalojo violento por parte de la Policía
Metropolitana. Llegaron un día de
madrugada entrando por la parte trasera del hospital junto con maquinarias para
empezar la obra, fue tal el despliegue que hasta llegó la policía en bicicleta. Fue ese día que se produjo la primer
represión sin llegar a cumplir con el cometido de derrumbar el taller para
comenzar la obra. Hoy pocos meses
después el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires volvió a ingresar por la
fuerza al hospital Borda, esta vez cumpliendo con su objetivo. A las 6 de la mañana del 26 de abril de 2013
la Policía Metropolitana ingresó al predio con más de 200 uniformados (incluida
la infantería) y con las maquinarias necesarias para tirar abajo el
taller. Sin orden judicial y sin motivo
comienzan a reprimir a trabajadores e
internos del Borda. Alrededor de las 9
de la mañana la Policía Metropolitana reprime por segunda vez en el momento en
que varias organizaciones sociales, políticas y muchas personas autoconvocadas
se acercaron al lugar para resistir al desalojo y demolición. Cerca del mediodía y frente a las cámaras de
varios medios periodísticos la Policía Metropolitana vuelve a reprimir a los
presentes hiriendo incluso a casi 10 periodistas que estaban cubriendo el
hecho. Por la tarde y luego que la gente
que resistía lograra tirar parte de la cerca que había hecho la policía, la
represión volvió hacerse presente. Tiraban con balas de gomas, gases
lacrimógenos y gas pimienta a cualquier persona que estuviera allí presente. Incluso golpearon a una médica de otro
hospital por considerarla peligrosa. La
confusión se debió a que dicha médica llevaba un bastón por su dificultad para
caminar. La Policía Metropolitana
consideró que ese bastón era un palo.
Pasado el
momento de tensión y ya con la mayoría de la sociedad indignada por la
represión sin sentido se llega a un acuerdo entre la policía y la gente que
resistía para cesar la violencia. El
acuerdo llegó luego de haber sido derrumbado el taller con muchas de las
maquinas y materiales usados para la rehabilitación de los internos dentro del
edificio. El objetivo estaba cumplido. Ya caída la noche y quedando sólo escombros
la Policía Metropolitana se retira y los trabajadores, internos y demás
personas comienzan a rescatar las máquinas y materiales que no habían sido
destruidos. El saldo de la represión fue
de 8 policías heridos, casi 70 heridos por balas de gomas, 3 personas detenidas
y luego liberadas además de una montaña de escombros.
Eso fue lo
que respecta a la represión de hoy. Con
respecto al conflicto por la construcción del Centro Cívico en los terrenos del
Hospital Borda hay varias cosas por decir.
En primer lugar y lo más fundamental es que a través del decreto
nacional 349/99 del año 1999 se declara PTARIMONIO HISTÓRICO NACIONAL al sector
del Hospital Municipal Dr. José Tiburcio Borda correspondiente al pabellón de
investigaciones en psicofísica y neurobiología y a su parque aledaño. Es decir que dicho espacio no puede ser
demolido ni modificado ni destinado a otro uso.
En segundo
lugar el supuesto acuerdo con 4 de los 5 gremios pertenecientes al Hospital
Borda no fue firmado por la cúpula de
dichos gremios, sino por secretarios, haciendo nulo dicho acuerdo.
En tercer
lugar hay vigente una medida cautelar para frenar la obra hasta tanto se llegue
a una sentencia sobre dicha obra. Medida
cautelar que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desconoce.
En cuarto
lugar el predio no estaba vacío, sino que una medida tomada por el gobierno de
Mauricio Macri prohibía la entrada de los internos al taller protegido nº
19. Por lo tanto no se puede considerar
que dicho predio estuviera sin uso, ya que había una prohibición para dejarlo
sin funcionamiento.
Lo ocurrido
hoy fue una mancha más en la historia del Hospital Borda. Un hospital que pese a la negligencia y
desidia de los distintos gobiernos locales que se fueron sucediendo continúa
resistiendo. Una mancha que acentúa el
abandono por la salud pública en lo que parece ser uno de los pilares de
gobierno de Mauricio Macri que prima lo privado por sobre lo público. Ya lo vimos en otros espacios públicos como
plazas cercadas y salas culturales cerradas.
Lo que también parece ser una política de gobierno es la represión,
represión desmedida e indiscriminada por parte de una policía creada con el
sólo propósito de reprimir. Hoy se
reprimió a trabajadores de la salud y a personas que buscan reinsertarse en la
sociedad. ¿Qué les queda a aquellas
personas que usaban ese taller como medio para volver a convivir con el resto
de la sociedad a la que calificamos de “normal”? ¿Cómo hace un interno en
recuperación para pasar este momento de represión y agresión dentro del único
lugar que supo acogerlo y cuidarlo? ¿Alguien habrá pensado en esas personas?
¿Alguien del actual gobierno y de los anteriores estará pensando en este
momento en esas personas? Lo que parece
es que sólo importa ver quién tiene razón y no si hay alguien perjudicado. No importa si hoy los internos no duermen por
la jornada violenta que vivieron, sólo importa aclarar que la construcción de
este Centro Cívico es legal y que eso va a llevar beneficio a la zona en
cuestión. Beneficio para los que están
de la reja para afuera. Los que están
adentro no importan, porque parece ser que no son personas sino cosas. Eso es lo que se deja ver en las actitudes de
este gobierno comandado por Mauricio Macri. Esto fue una bajeza y demostró lo peor de un ser humano. Paremos la bocha y pensemos.
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