Los Días Felices
De Samuel Beckett, con
dirección de Lamberto Arévalo
“Cuando se vive el fin de una civilización (tal como
la viven o creen que la viven, Beckett y Bacon), la última confrontación brutal
no se produce contra una sociedad, contra un Estado, contra una política, sino
contra la materialidad fisiológica del hombre”, Milan Kundera
Una mujer se encuentra
enterrada hasta la cintura, en un montículo de tierra resquebrajada. Un hombre
merodea por detrás. Igual, hay motivos, reales o no, para considerar a éste,
“un nuevo día feliz”. Sus palabras la llevarán por el pasado, el presente y el
futuro, siempre incierto. Un ocaso personal, social, histórico y existencial.
Winnie y su espíritu estoico insistirán en seguir adelante, aunque lo que le
suceda parezca una maldición.
Esto nos comenta el director de esta puesta, Lamberto
Arévalo: “‘Los días felices”, como todas
las obras de Beckett, posee un desafío particular: las acciones de sus
personajes ya están trazadas de antemano y se deben cumplir a raja tabla. Fue
una orden dejada por el autor ¿Es una contra para llevarla a escena o la
posibilidad de descubrir un modo diferente de hacer teatro? Llegamos a un feliz
descubrimiento: sus marcaciones más que aprisionar la actuación y la puesta,
nos regalaron el encuentro con una sensibilidad distinta. Aparecen las
paradojas. Los intersticios entre el texto y la acción, y otros motores
fértiles para la imaginación. Las exigencias, aquí son potencias. Lo invisible
sea hace existente. Con Beckett, el actuante deviene marioneta de un universo
dramatúrgico que siendo totalizante, a su vez se libera de la presión
psicológica y emocional convencional. Las zonas del vacío; las incertidumbres y
la ferocidad de lo humano, aquello intangible, se abre. Se muestra, se devela”
Sobre el abordaje filosófico
de la puesta, nos dice Lamberto Arévalo: “Se
puede afirmar que existe un puente entre la filosofía de Gilles Deleuze y la
pintura de Francis Bacon con Samuel Beckett, en especial en “Los Días Felices”.
Esta conexión fue una de las principales guías en el abordaje de la puesta en
escena y el movimiento de la obra. La importancia primera de la presencia del
tiempo; la convivencia de fuerzas visibles e invisibles como la gravedad, la
erosión, las temperaturas, los recuerdos y otras, como las visiones místicas de
su protagonista y su planteo dramático. En éste trabajo la puesta ya viene
escrita por la genialidad de su autor, sin embargo, todo un juego de relaciones
de fuerzas en el aquí y ahora de lo que pasa en el escenario, más lo que agrega
la escenografía y los demás ingredientes artísticos, permite encontrarnos hoy
con un espectáculo que sigue siendo provocativo, riesgoso, de una crueldad
amorosa sin igual y con ese humor tan particular de Samuel Beckett”
Sobre la traducción, que
estuvo a cargo de Mariano Fiszman, (reconocido traductor de escritores y
filósofos, tanto clásicos como contemporáneos) el director nos dice: “Las traducciones existentes nos alejaban
del contacto directo con el público argentino. Ser fieles al sentido y en
especial conservar la poética y el ritmo fue el principal desafío de Fiszman.”
Los sábados a las 21, “Los Días Felices”, de
Samuel Beckett, protagonizada por Roxana Berco (Nominada a los ACE como “Mejor
Actriz” por su trabajo anterior “Greek”), conEduardo Florio, y dirección de
Lamberto Arévalo. En el Sportivo Teatral, Thames 1426. Tels. / Informes:
4833-3585. Entrada $80.-
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